Arquitectura sin arquitectos de Sandra Calvo retrata la ciudad informalizada a manera de ensayo visual. Proyecto colaborativo a la vez que práctica artística y política, deconstruye la noción de casa que pasa de ser una estructura de concreto, dura y sólida a lo que realmente es: un concepto frágil, en flujo, inestable y de enorme plasticidad. Se explora aquí la autoconstrucción como una práctica de resistencia, un saber adquirido a través de la experiencia y la intuición, que permite a las comunidades diseñar y construir sus propias casas sin seguir modelo jerárquico alguno. El incidente crítico de Arquitectura sin arquitectos es la proposición de un simulacro escultórico arquitectónico a una familia de Ciudad Bolívar, Colombia; comunidad donde la artista vivió durante dos años. La construcción de una casa de hilo, un ágora, una asamblea un dispositivo que facilita la negociación de posturas antagónicas. Junto con la familia se ideó un código: con hilo negro se trazaron los espacios consensuados; con rojo los espacios en discordia. El resultado es un dibujo tridimensional transitable a escala real. La casa como un modelo tangible e intangible, poético y utilitario; una escultura flexible que propicia diversas lecturas capaces de desbordar la finalidad práctica de la proyección arquitectónica.