La exposición Desde el fondo del tiempo presentó tres piezas: un mural, un video y una instalación escultórica que establecieron diversos diálogos disciplinarios. El primer diálogo fue con el exterior, con las calles que circundan al museo, pero también con el propio edificio que lo resguarda, ya que el artista realizó un mural mediante un trabajo colectivo que, con la suma de varias manos, recuperó elementos arquitectónicos del inmueble y de la colonia. Así mismo, el mural estableció una relación con la instalación escultórica Alma, así como con el video Línea
transversal.