”Hace unos años sufrí uno de los peores bloqueos creativos de mi vida. No podía escribir y en mis ataques de desesperación me preguntaba si algún día lograría salir de mi mala racha. Así que hice lo que haría cualquiera, y tomé un vuelo a Tijuana con la intención de escapar del tren cotidiano, y encontrar un poco de inspiración (...)”