Mientras Miguel Calderón fotografiaba una grieta en la pared de un edificio, un transente se le acercó para explicarle que eso era producto del golpe de un relmpago. Cuando se dio cuenta que esto sucedió en una escuela próxima a demolerse, la necesaria ecuación entre imagen y pensamiento realmente tuvo sentido: el parecido entre la grieta y el rayo evocó imgenes recurrentes de su adolescencia. Una escultura metálica imitando la imagen fue instalada en la pared, para crear un monumento público parecido al rayo antes de la demolición de la escuela.