La imagen de la ciudad contemporánea, que funciona con infraestructuras subterráneas, no integra un elemento imprescindible para garantizar su supervivencia: el agua. Mientras que a través de los siglos urbes enteras se diseñaron en función del manejo del agua, hoy nos conformamos con abrir una llave y verla correr sin enterarnos de los mecanismos que se necesitan para que esto suceda, lo que implica una ruptura evidente entre habitantes, ciudad y agua. Este libro propone una serie de alternativas que plantean una nueva visión para los espacios del agua, haciendo evidente su presencia o ausencia en un esfuerzo por alinear la dinámica urbana y viabilidad hídrica.