En la historia hay momentos en que todo parece fusionarse en un único acorde y algo completamente nuevo aparece. Uno de esos momentos tuvo lugar en Nueva York a comienzos de los años cincuenta cuando, según palabras de Morton Feldman, “por un breve instante nadie pretendió saber de qué se trataba el arte”. Nuevos territorios fueron descubiertos de manera simultánea en el campo de la pintura, la música, la danza y la literatura. Mientras el expresionismo abstracto conmocionaba al mundo del arte con sus lienzos de grandes proporciones, la espontaneidad de sus trazos y sus colores, Morton Feldman fue, junto con John Cage, quien mejor encarnó el campo de la música esta búsqueda al margen de los valores tradicionales.