Los análisis de los dibujos de Vincent van Gogh, Antoine Watteau, Martin Nol, Juan Muñoz o las pinturas rupestres de la cueva de Chauvet se entremezclan con la magistral descripción de la experiencia del autor como dibujante, en un intento por descubrir el misterio de la técnica de los maestros o comprender las dificultades de enfrentarse a un modelo. Berger evoca experiencias que confunden el enigma que rodea al arte con nuestras propias vidas, y se pasea, casi sin reparar en ello, entre varias categorías literarias: del relato al ensayo, pasando por las cartas o los diálogos.