Esta publicación delinea el interés de Abraham Cruzvillegas por la autoconstrucción como un método de construcción de vivienda y también, como una forma estética. Aquí se reúnen tanto sus trabajos creados a mediados de la década de los noventa, para los que usó objetos artesanales hechos por su padre, como sus esculturas más recientes en las que emplea materiales encontrados y que tienen como punto de partida procesos de improvisación. Asimismo, se revisa el primer largometraje del artista mexicano: un retrato abstracto del Ajusco, el barrio de su infancia.