El mundo esta lleno de textos más o menos interesantes, no quiero añadir más. Este enunciado, paráfrasis de una idea de los años sesenta del artista conceptual Douglas Huebler, cifra el proyecto "no creativo" de Kenneth Golsmith, un rechazo a los valores románticos de la originalidad y la inspiración que, antes que una forma de la parálisis o la renuncia, es la premisa de una nueva escritura basada en la copia y la recontextualización, en el empleo de materiales ya existentes entendidos como ready-mades. Haciendo eco de la noción de "genio no original" de Marjorie Perloff, y con la mirada puesta en todo lo que la literatura puede aprender de los demás artes, Goldsmith defiende en este libro polémico y a su manera didáctico una posibilidad de escritura comúnmente tachada de plagio, si no es que de deshonestidad intelectual que consiste en el acto de mover lenguaje de un lado a otro, en explorar las posibilidades literarias de la revolución digital y el internet, proclamando con osadía que el contexto es el nuevo contenido.