En nuestra cultura la creencia en la objetividad ocupa el lugar de dogma, de verdad incuestionable. Esta concepción considera el conocimiento como mero reflejo de la naturaleza y supone una mirada sin observador. La concepción objetivista, en la que fuimos educados y cuya verdad damos por sentada, no existió siempre. Fue el resultado de un determinado modo de vivir, de pensar y de narrar la experiencia de las elites europeas, que nació en la modernidad y que se impuso con la expansión colonial. Denise Najmanovich explora el nacimiento y el desarrollo de este mito, que hasta ahora ha logrado eludir su condición de tal. Considerar esta dimensión mítica nos permite distinguir la potencia creativa de la actividad científica de la prepotencia ideológica del objetivismo, que ha funcionado como un discurso de dominación. En una travesía compleja y transdisciplinaria, este libro invita a pensar de un modo no dicotómico y nos propone desplegar nuevos modos de indagar y construir sentido.