En este libro, el autor realiza una férrea defensa de lo que hoy se considera parte de la escuela económica y política que gira en torno a la teoría de la dependencia, aquella que afirma que los países del centro se desarrollan a costa de los periféricos y que la relación entre ambos se estructura sobre el robo colonial, la violencia patriarcal, la búsqueda incesante de beneficios, herencias todas del proyecto de construcción de civilización europeo del siglo XVIII. La opinión que aquí se expresa es que, dada esta epistemología, el proletariado del núcleo imperialista, junto con su burguesía, continuaría oprimiendo a los “trabajadores del Este” incluso después de que se haya llevado a cabo una revolución socialista en el núcleo.