Las comunidades de la región purépecha de Michoacán mantienen sistemas de cargos religiosos y civiles que subsisten desde tiempos coloniales y que, de distintas maneras, conservan algunos rasgos de la organización y de los cultos prehispánicos. Estos sistemas de cargos, parecidos a los que en otros lugares de México se conocen como mayordomías, han sido descritos y estudiados sobre todo como sistemas de organización social que otorgan prestigio y legitiman la autoridad, es decir, como estructuras de vínculos mediante las cuales se asignan y se distribuyen funciones de la vida pública, tales como el culto y cuidado de los santos, la representatividad ante las autoridades municipales, la delimitación de las tierras, etcétera. Debajo de esa estructura visible, sin embargo, la práctica de los cargos religiosos echa a andar una serie de procesos culturales que tienen que ver con otras formas de organización y que ponen en evidencia algunas dinámicas particularmente importantes.