A pesar de haber trabajado duro durante seis meses y de la ayuda de un equipo sofisticado, los aventureros de la ciudad de México terminaron decepcionados y con las manos vacías, su búsqueda del oro del chalet de Pancho Villa. Los códigos inescrutables tallados en las rocas no revelaron ningún oro, y algunas otras pistas, habían desaparecido desde hace mucho tiempo o nunca habían existido. Sin embargo, un hombre, Felipe Sarabia nunca abandono éste sueño y según su diario, indios mexicanos nativos transportaron 14 millones de onzas de oro a una localización secreta en Mazatlán antes de ser asesinados y enterrados en forma anónima con el tesoro. Volviendo a la montaña, Felipe copió los símbolos inscritos en las rocas y destruyó la evidencia, lo cual se convirtió en una familiar obsesión. El misterio del oro oculto y el mapa que muestra su localización, ha sido parte de la tradición de la familia Sarabia desde hace más de medio siglo."