“Liquen” es un conjuro de palabras tejido con saliva, flores, fantasmas y sal. Un poemario donde la herida se lame, se nombra y se transforma. Cada poema crece como un organismo sobre la piedra del cuerpo y del tiempo. Aquí habita una voz que no teme al abismo del amor, de la infancia, del deseo y la pérdida. Una voz que lame lo que duele para ritualizarlo, que observa con ternura y furia cómo el corazón se pudre y luego algo le florece. ‘Liquen’ es un poemario para quienes aún creen que una herida puede volverse jardín.