La escritura de Ludwig Zeller encuentra su raíz en dos estados supremos del alma: la libertad y el amor. Su poesía es creación en toda la extensión de la palabra. Es la entrada a un mundo interior poblado de pasiones y relámpagos. Propone las bodas del cuerpo y el espíritu, realidades distantes que en sus versos encuentran unión armónica. Se atreve a explorar la oscuridad que se oculta detrás del lenguaje, a escuchar el latido de las cosas invisibles que nos rodean. “Dios crea en nosotros un milagro continuo”, dice el poeta.