Desde el lirismo de la poesía de la experiencia y sin miedo al Yo, Luis Aguilar reflexiona ahora en un giro peculiar de sus temáticas y obsesiones escriturales sobre la moda de la poesía reclamada por la competencia de los proyectos, las subvenciones y la corrección política, reclamando abrir los linderos que ahogan una poética congestionada en los libros monotemáticos y, arriesgado como suele, lo hace desde un libro monotemático: crítico, autocrítico y por momentos delirante.