La sola enumeración de los artistas que Matías Serra Bradford ha congregado para contento de la ávida feligresía que seguramente convocará este libro parece garantizar al menos dos consecuencias: una extraordinaria amplitud en el espectro de ideas, contenidos, temas e intereses, y la inexorable glotonería en la relación de incontinencia con la lectura que acomete al lector. Y aunque esto es lo que habitualmente sucede con la escritura de Serra Bradford, en esta miscelánea de textos de diversos orígenes su genio prolífico, habitualmente aluvional y panorámico, exhibe el brillo de una irrenunciable claridad.